9 de abril de 2006

Murcia sucursal de Marbella


Si uno tiene dinero para invertir y quiere pasar desapercibido encontrará pocos sitios como Murcia. Con 42 campos de golf en proyecto -cada uno con miles de viviendas asociadas- y un Gobierno regional que jalea a los constructores, las grúas han inundado la costa, una de las menos construidas del Mediterráneo. Juan Antonio Roca, el cerebro del blanqueo de Marbella, lo sabía.
Roca, nacido en Cartagena hace 53 años, se fue hace 20 a Marbella junto al constructor Tomás Olivo. Entonces, un familiar lo oyó decir: "De Marbella, o vuelvo rico o arruinado". Hizo lo primero. A mediados de los 90, cuando su fortuna ya no cabía en Marbella, recurrió a viejos amigos para invertir parte en su tierra natal.
Roca recurrió a Ernesto Celdrán, un corredor de la zona de escasa fortuna al que le puso un sueldo a cambio de que diera la cara y la firma por él. Celdrán figuró como administrador de Vanda Agrícola S.L. La empresa compró 100 hectáreas de un secarral en Los Alcázares. "Eran piedras y polvo, todo seco", explican los vecinos de la finca. Roca lo convirtió en un bello huerto de naranjos, con una valla infranqueable impropia del entorno. Un camino de imponentes palmeras lleva a la casa, donde la policía halló desde cuadros Miró a un cáliz de plata. Junto al palacete está la ermita que Roca hizo construir y en la los vecinos de Los Alcázares afirman que oculta un búnker.
Roca y los suyos comenzaron a poner dinero. La empresa Condeor S.L. (hoy intervenida) firmó un convenio con el Ayuntamiento de los Alcázares (PSOE) para construir un hotel en un antiguo cine que le había comprado a Olivo. La representante de la empresa, Montserrat Corulla, está detenida. Masdevallía S. L. organizó una serie de cambios de suelo y de recalificaciones que le permitieron conseguir una gran parcela junto al Mar Menor. El representante de la empresa, Juan Luis Soriano Pastor, está arrestado, y la firma, intervenida. Allí comenzó a construir la urbanización Nueva Ribera, de 469 viviendas, a la que le seguiría Nueva Ribera Golf Club, con más de 1.000 viviendas, ambas vendidas por One Properties, también intervenida por el juez.
Además, los testaferros de Roca tenían un edificio en el centro de Torre Pacheco (gobernado por el PP) de tres plantas, cada una de 175 metros cuadrados. De los 22 detenidos en la operación Malaya, al menos cuatro pasaron por Murcia.
Conforme prosperaban las inversiones, Roca se dejaba caer por Los Alcázares y a menudo iba a comer con Celdrán. Comenzó a dar lujosas fiestas y la llegada de su helicóptero era cada vez más frecuente. "Cuando lo veíamos salir, le decíamos 'adiós Gil", explican unos vecinos. Los más informados del pueblo conocían a Roca por su nombre; los menos, pensaban que todo era obra de Jesús y Gil y lo llamaban "el de Marbella".
Ernesto Celdrán vivió a las órdenes de Roca su mejor momento. No le faltaba de nada aunque poca gente sabía a qué se dedicaba. Una familia que se negó a venderle una parcela asegura que tras la negativa su casa fue incendiada.
Roca era duro y se lo demostró a Celdrán. El testaferro contaba con una comisión de 3.000 millones de pesetas por una recalificación pero nunca vio el dinero, según fuentes del sector. En 2004, le envió un burofax reclamándoselo y Roca le despidió. En esta parte comienzan las discrepancias. Unas fuentes señalan que la relación se enfrió; otros, que se retiraron el saludo.
Oficialmente, Celdrán abandonó en 2004 One Properties y pasó a figurar como trabajador de GMI Promociones 2000, propiedad de Pedro García Meroño, fundador de Polaris World. Polaris World es la principal constructora de Murcia, ha sido beneficiada por ayuntamientos del PP en recalificaciones y el Gobierno autónomo le adjudicó la televisión autonómica. Los fundadores de Polaris World han sido socios del número tres del PP en Murcia y concejal del Ayuntamiento de Murcia, Antonio Sánchez Carrillo, y de Carlos Valcárcel, hermano del presidente de Murcia. El dueño de Polaris dijo al diario La Opinión de Murcia que Celdrán era "un pobre hombre" y que lo puso en nómina para que pudiera cotizar porque era amigo de la infancia.
Al despedir a Celdrán, Roca ya no era aquel constructor que, de camino a Marbella pasó por Mazarrón, el pueblo donde construyó sus primeras viviendas, en tandas de diez o doce casas, según un empresario. En Mazarrón hizo sus dos primeras grandes urbanizaciones e intentó construir 15.000 viviendas en terreno protegido; la operación falló y Roca siguió hacia Marbella. Aún no era el todopoderoso hombre de hoy.
Roca hizo su último gran negocio en Murcia el 22 de diciembre de 2005, cuando el pleno de Los Alcázares aprobó de forma provisional el nuevo Plan General de Ordenación Urbana. El acuerdo convierte en urbanizable la finca de Roca, como gran parte del municipio, algo que le permitiría construir miles de viviendas.
Tanta inversión pudo pasar desapercibida -al menos para el gran público- porque operaba en una zona que vive la fiebre del oro del resort (no los llaman urbanizaciones, ni complejos). Hay de todas clases: la mayoría vallados, con verdes campos de golf rodeados de polvo y desierto. Uno lo anuncia Johan Cruyff; el siguiente Jack Nicklaus, en los de más allá aparecen Sam Torrance, José Antonio Camacho o Sergio García.
El Gobierno regional, del PP, se apresuró a decir que la detención de Ernesto Celdrán en Murcia era un caso aislado y que lo que le preocupaba del caso era la imagen que proyectaba de Murcia (no la presencia de testaferros que blanquean dinero). La región tiene la corrupción urbanística como primer punto de la agenda política pero a la mayoría de los murcianos no parece importarles demasiado. Muchos critican a los medios que denuncian la corrupción y argumentan que tanto resort da trabajo.
Pero las denuncias acaban haciendo mella y la prensa británica ha reflejado los escándalos. Uno de los complejos vende sus excelencias (golf, villas, sol...) y añade en el cartel que es "totally legal" (totalmente legal). Ahora sólo falta que sea cierto.
elpais.es

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