"Nadar contra esta corriente merita coraje democrático y no tener miedo a la soledad. Decir lo que se piensa, sin acogerse a razones de oportunidad personal o conveniencia es un sacrificio que no permite las hipotecas de quienes anteponen su confort a la coherencia de su pensamiento.
Hay otra vida al margen del consumo como prioridad. Hay otra vida al margen de la sumisión de pensamiento. Pero lo primero que hay que hacer es recuperar el coraje.
Atreverse a plantarse en las grandes alamedas en contra del tráfico dominante. Proclamar que la utopía no está muerta, sino atrapada por una marea en la que la acumulación de riqueza es el sueño, incluso, de quienes no tienen nada. Plantarse ante el fatalismo de que las cosas no pueden ser de otra manera.
Quizá tantos profesionales de la política tengan que ser barridos para hacer sitio a soñadores.
Ese germen está en la calle. El grito pacífico de los que no se conforman empieza a ser abrumador y cuando los hombros se junten el futuro habrá empezado aunque sea desde cero. El 21-N está a la vuelta de la esquina y desde las cenizas de este socialismo podrá nacer el socialismo del siglo XXI."
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