22 de enero de 2009

La financiación autonómica y la ley del embudo


Una vez más el Partido Popular trata de descargar la responsabilidad política en otros. Conscientes de que el nuevo modelo de financiación autonómica que ofrece el Gobierno Zapatero supera y mejora el actual, es incapaz de cambiar su estrategia de enfrentamiento y buscan un culpable exterior: el Gobierno socialista de Madrid.


Desvían así la atención hacia fuera para que nos olvidemos de analizar la gestión política interna del Gobierno Valcárcel. La búsqueda del enemigo exterior para culparle de todos los males habidos y por haber esconde la ineptitud e ineficacia políticas propias, y es sello de los dirigentes de cortas miras y de recorrido agotado. El de un Ejecutivo del Partido Popular que, con el mantra del «Agua para todos», consiguió importantes réditos electorales, pero escasa aportación hídrica. Un Gobierno cuyo modelo de crecimiento ha agotado y agostado esta Región, situándola después de trece años de gestión en el furgón de cola en cualquier indicador de cohesión social. Y la de un Gobierno responsable de la imagen, no por repetida menos reprobable, de más del 90% de las detenciones, encarcelamientos y procesos judiciales por corrupción de sus dirigentes políticos. El Gobierno regional ha apostado reiteradamente por el enfrentamiento con el Gobierno socialista, cuando antes optó por el acatamiento y la genuflexión ante el de Aznar... y ahora pretende darnos lecciones de murcianía.


Durante los años 2000 y 2001, Aznar y las comunidades autónomas negociaron un nuevo modelo de financiación autonómica porque fundamentalmente se iba a transferir la Sanidad y, debido al volumen económico a traspasar, se acordó reformar todo el sistema. El gasto sanitario público fue entonces -y sigue siendo ahora- la verdadera razón de ser del nuevo modelo de financiación autonómica.


Dentro de aquel proceso negociador se aceptó como base la población de 1999 para ser aplicada en 2002. La «deuda histórica» de la que ahora habla el PP es sólo atribuible a su claudicación. Pues dijo amén al chantaje gubernamental de que quien no aceptara esas transferencias sanitarias no se le aplicaría el nuevo modelo de financiación autonómica. Y además no fue capaz de negociar fuera de la mesa mejoras extras para la Sanidad, que sí lograron otras comunidades como Asturias o La Rioja. Valcárcel aceptó por disciplina de partido y por acatamiento a Aznar unas transferencias sanitarias claramente insuficientes para nuestra Región.


Datos objetivos nos indican que con el modelo actual vigente pactado entre Aznar y Valcárcel, en 2002 y 2003 con gobiernos en Madrid del PP y sobre una base media nacional de 100 euros por habitante, la financiación media en Murcia era de 89 euros. Datos cuantificables nos indican que entre 2004-2008 el dinero extra-financiación aportado por el Gobierno Zapatero, fruto de la Conferencia de Presidentes y para distintos programas de Salud Pública, alcanzó los 316,7 millones de euros, frente a los 3,6 en los años de Gobierno de Aznar.


Ahora, Valcárcel, con su habitual talante bronquista, pretende culpar a Zapatero de las insuficiencias de un modelo y de una ley, la 21/2001, que por mucho que nos repitan, no contempla la revisión automática de la financiación por aumento de la población, ya que remitía a negociaciones para analizar sus efectos entre las comunidades y la Administración central. No se ha podido llegar a ningún acuerdo en las reuniones del Consejo de Política Fiscal y Financiera, entre otras cosas, porque comunidades como Castilla y León, que ha perdido población en estos años, no estaban dispuestas a aceptarlo.


Lo más sorprendente es que mientras en Murcia el PP nos habla de «deuda histórica» por incumplimiento de la Ley 21/2001, el Grupo Parlamentario Popular en el Senado no tuvo ningún reparo en la tramitación de los Presupuestos de 2009 de votar afirmativamente para castigar a Zapatero una resolución de Esquerra Republicana en la que precisamente se reconoce la insuficiencia de dicha Ley para adecuar la financiación a la población.


Ahora que con el nuevo modelo propuesto por el Gobierno de España la Región va a salir favorecida, porque se va a reconocer el aumento de la población con una revisión anual y por los distintos fondos de equilibrio para corregir la menor financiación per cápita, el aumento de la población escolar o la menor renta per cápita, Valcárcel pretende realizar con Zapatero el tour de force que hace ocho años no tuvo reaños políticos para hacer con Aznar.


Todo ello dentro del previsible peor catálogo de cualquier político nacionalista: enemigo exterior, victimismo y falta de rigor. Desde el PSOE creemos que hay que estar por encima de estas maniobras populistas y exigiremos ahora, como lo hicimos entonces en 2001, un sistema de financiación que tenga en cuenta a todos y cada uno de los murcianos y que corrija los déficit que el anterior sistema ha tenido con nuestra Región.


DOMINGO CARPENA SÁNCHEZ Y BEGOÑA GARCÍA RETEGUI

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