13 de junio de 2008

Envían a USA un informe sobre el riesgo inversor en Cabo Cope

Nueva York/ Francisco Poveda

Un completo y discreto informe sobre la seguridad de posibles inversiones turísticas e inmobiliarias en la costa virgen española de la Región de Murcia, ha sido elaborado, recientemente a iniciativa propia, por un determinado catedrático universitario español al objeto de remitirlo directamente al Departamento de Estado norteamericano y que éste lo ponga en conocimiento de potenciales inversores locales interesados, como una referencia más de contraste. Desde hace meses, autoridades políticas y personalidades del mundo económico murciano han viajado discretamente varias veces a Nueva York en busca de capital judío para sus faraónicos proyectos tipo "Marina D´or. De momento, sin compromisos cerrados en espera de estudios de viabilidad previos al plan de negocio.

En esos esfuerzos, parece, han colaborado con mucho interés, primero el almeriense Inocencio Arias, exembajador de España ante la ONU, actual cónsul general en Los Ángeles y esposo de una acaudalada joyera, al parecer, de origen judío ruso. Y después, el lorquino Juan Manuel Egea Ibañez, actual cónsul general de España en Nueva York y hermano político de la europarlamentaria del PP, Cristina Gutiérrez-Cortines, que residió durante un tiempo en Israel. El mismo presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel, y altos directivos de la Caja de Ahorros de Murcia, también podrían haber participado en algunos encuentros de tanteo con representantes de grupos inversionistas seleccionados por ambos diplomáticos desde 2004.

El citado informe deja clara, de principio, la constatación hecha sobre la real oposición de una cualificada sociedad civil regional y del Consejo Jurídico Consultivo correspondiente al desarrollo urbanístico de la zona de actuación especial de la Marina de Cope, los conflictos con la propia Unión Europea a causa de las zonas de protección a respetar y las consecuencias previsibles de violentar el ordenamiento jurídico vigente al respecto.

En ese sentido deja más que claro que el actual gobierno autónomo ha saqueado las esperanzas de la sociedad murciana en cuanto a protección ambiental de su medio físico e incumplido sus promesas de un desarrollo armónico y gradual. El redactor del citado informe expresa, sin ambages, la decepción creciente con este tema entre la ciudadanía, ahora considerado como cuerpo electoral hasta el verano de 2007.

Para el autor, la intelectualidad murciana ha cobrado una relevante presencia entre la oposición activa a las pretensiones de cubrir de hormigón gran parte del litoral en beneficio de grandes empresas propietarias del suelo sobre el que se pretende actuar; entre ellas, "Iberdrola", "Caja Murcia" o "Polaris World", citadas expresamente.

Hay una remisión al crédito que significa el último informe al efecto del Foro Ciudadano de la Región de Murcia, y alusiones al abuso de la figura excepcional del convenio urbanístico y los PAI en Almería y la Comunidad Valenciana, para matizar que esta nueva cultura del ladrillo ha llegado importada desde la vecindad como una fórmula sobrevenida de "ecocidio".

Existe un apartado para recoger la ideología dominante hoy entre la clase dirigente regional, con alusiones a su nacionalismo hídrico, a sus reivindicaciones de unidad de acción y consignas del "Agua para todos" como grito rebelde manipulado ante la inseguridad de un abastecimiento en manos de terceros, entre ellos el propio Estado, que ha optado por la fórmula desalinizadora como alternativa a los trasvases desde otras cuencas hidrográficas muy reacias a la cesión consolidada de caudales públicos. En ese sentido, apunta a que en sus regiones litorales vecinas la fórmula de solución va ser la misma desde el poder central socialista.

Precisamente en ese plano, alerta de la probabilidad de cambio político en las elecciones de 2007, algo más en determinados municipios que en el gobierno autónomo, y el riesgo relativo para inversores que comporta un criterio radicalmente opuesto de los socialistas en cuanto al modelo de desarrollo turístico y residencial.

De hecho, el informe recoge su recurso de inconstitucionalidad contra la vigente ley del suelo de la Región de Murcia, que posibilita planes urbanísticos como los que se pretenden sobre todo lo que queda virgen en la mitad más meridional de la costa murciana. Y el carácter moderado de la alternancia, tras desestimar fórmulas políticas anacrónicas para rebajar desigualdades e injusticias.

Sin embargo, es muy duro al enjuiciar a la clase política murciana, en general, aunque hace extensible su apreciación sobre la almeriense y la valenciana. En concreto, la califica como decepcionante por ser un "desastre de cinismo y egoísmo" a su nivel más intolerable. Piensa que sólo le interesa tomar el poder para hacer fortuna y la tacha de profesional, en la peor acepción de esta palabra, por no intercambiar soluciones. Alerta de la corrupción, falta de sentido y, finalmente, la miseria relativa que todo eso implica a la larga, pese a que los gobernantes parecen contar con mecanismos de búsqueda de soluciones, "aunque no quieran y dejen que todo suceda"; caso del funcionamiento, muy condicionado financieramente, del libre mercado, y del deficiente sistema educativo público en general.

La elaboración del citado documento de análisis hace especial hincapié a que las vías de salida de esta situación, económicamente poco práctica desde el punto de vista estratégico, pasaría por el mayor protagonismo de la sociedad civil (proceso ya en marcha) y en la profundización de la democracia real a través de una verdadera autonomía política, hoy patrimonializada por una oligarquía centralista de la ciudad de Murcia con algunas complicidades tácticas en las periferias de la Región, como técnica de afirmación de la identidad para una sociedad diferenciada y meta histórica a alcanzar dentro de España, la Unión Europea y la irreversible mundialización.

La todavía impunidad de la clase gobernante limita todo lo anterior, porque acepta la democracia formal pero, en rigor, apenas la toma en serio. Y eso inyecta inseguridad jurídica al sistema, provoca una inestabilidad estructural, y no asegura el normal retorno de beneficios previstos, por parte de un "vecino" extranjero que no goza de las simpatías de los murcianos por atentar contra su equilibrio ecológico; eso no sucede exactamente así en el caso de la contaminante planta de policarbonatos de "General Electric", que tampoco goza de las simpatías de los habitantes de su entorno más próximo pese al empleo que induce entre el vecindario.

A su juicio, existe el riesgo objetivo (por la reacción extrema que puede implicar) de que el "marketing" político y electoral reemplace al sistema democrático a la hora de convertir en un puro producto a candidatos banales y sin mayor sustancia, y en falsos consumidores a los electores con menor o insuficiente criterio. Y todo eso ante la indefensión frente a la violencia moral que significa un narcotráfico creciente y que, como los fondos de una cuantitativa y preocupante economía sumergida, ya juega un papel mucho menos marginal en la financiación ordinaria de la actividad económica regional más en auge aunque ya en claro declive.

La crisis se agudiza por momentos ante una balanza exterior muy desequilibrada, una demanda europea en clara contracción respecto a vivienda residencial, obsolescencia de una industria sin aplicaciones de investigación, una agricultura intensiva desplazada al norte de África o con una competencia insalvable, y un turismo que o deja lo suficiente como para pensarlo como sustituto de algo de lo fundamental en la estructura económica murciana.

En consecuencia y como reacción, es previsible un aumento rápido del descontento y la radicalización ante los emergentes problemas de pobreza y desempleo, y una rutinaria y burocrática acción gubernamental, todavía mucho más insatisfactoria, ante la pérdida de calidad percibida en la sanidad y enseñanza públicas. Ya surge el hartazgo por la explotación indiscriminada de la clase media ante la falta de políticos de nivel, que tengan una voz suficientemente independiente como para no someterse a los intereses del primer gran especulador de turno, dispuesto a ser servido, mediante presiones y connivencias con grupos locales de poder y una corrupción desbordada. Como no se atisba renovación sino un empobrecimiento relativo del grueso de la población, sólo cabe esperar lo que pueda surgir de una frustración generalizada, dice el informe.

Se atisba cierto caos a largo plazo por, ahora, cierta falta de sentido común cuando, excepto por las subvenciones, la Unión Europea queda demasiado lejos mientras esta región no se dispone, porque no quiere verlo, a vivir de nuevo su propia crisis con una frustración generalizada ante el fracaso de un modelo de desarrollo basado en las premisas falsas de agua abundante y barata; una agricultura intensiva sin fin; y un tipo de turismo residencial a base de aniquilar la Naturaleza.

La gente ya está decepcionada de esta democracia y de sus partidos políticos en presencia. No ve alternativas ante la persistencia de fórmulas del pasado, incapaces de proponer el impulso necesario para situar a su tierra en plena mundialización. El PSRM-PSOE, un centro-izquierda liberal, significa más de lo mismo, sin propuestas que se asemejen a una idea coherente y esperanzadora de futuro. "Sólo resulta fructífera la presencia, actividad y desarrollo de plataformas minoritarias muy concienciadas de la sociedad civil que, tímidamente, comienzan a sumar apoyos y que están, radicalmente en contra, de cualquier planteamiento que suponga urbanizar las últimas zonas vírgenes del litoral murciano. Estas organizaciones de base buscan alternativas de cambio real a través de la democracia y el pacifismo ecológico".

La plena integración en la Unión Europea y la implementación de su modelo neoliberal han dado cierta estabilidad económica pero no han logrado reactivar una economía productiva, que se ha visto eclipsada por una década de pleno reinado de la especulativa, hasta convertir una región históricamente exportadora neta en otra con una sostenida tasa de cobertura negativa de su balanza exterior regional. El "ladrillo" ha revolucionado todo tipo de expectativas y dejado claro que los problemas estructurales de la economía murciana (una de las cuatro regiones más pobres de España) requieren un diferente tratamiento y más de una generación para entrar en la vía de soluciones posibles aunque no ideales. "Como siempre, se confía en ese gobernante providencial que nunca llega, para aceptar el reto de acabar con la vergüenza de una desigualdad propiciada por un mercado casi salvaje sobre la base de un neoliberalismo sin tradición en su economía".

En el fondo, eso tiende a cambiar y es posible que hasta se mejore si cristaliza una asunción de responsabilidades públicas y privadas de parte de las nuevas generaciones más lúcidas. Están reaccionando, ya sin miedo, ante una insoportable realidad que no atisba un horizonte algo atractivo. Y participando activamente en obstaculizar el robo de ese futuro por parte de una minoría instalada en todos los resortes de poder real. "Cuando en Washington soplan aires ultraconservadores, en Murcia se constata y se da ejemplo de un pensar y actuar muy progresista, en el sentido de desarrollo de una moderna sociedad civil ante la imposibilidad de seguir instalados por más tiempo en la apatía de un pueblo. Comienza a calar en muchas esferas un espíritu nuevo de sensibilidad social y una voluntad de verdadero progreso desde el crecimiento sostenible y sostenido".

Ahora se intuye el cambio político tras una década de falsas expectativas y altas dosis de demagogia por parte de la derecha conservadora gobernante en la región. Las falacias comienzan a derrumbarse y los electores comienzan a ver más clara la manipulación a que han sido sometidos con la excusa de un déficit hídrico relativo (cuanto tanto se recurre al recurso comercial de los campos de golf), la necesidad de un nuevo aeropuerto para facilitar la avalancha de nuevos residentes europeos, y las más modernas comunicaciones ferroviarias con Madrid y Barcelona. "Esa derecha ha probado ser un fracaso por el fiasco, y la gente quiere ahora algo nuevo y diferente, de signo nominalmente contrario".

No hay mucha fe, sin embargo, en que un nuevo gobierno menos extremista acabe con el caciquismo y la corrupción como método para atacar las desigualdades, cada vez, más profundas en el seno de la sociedad murciana y sus territorios comarcales. Pero el panorama puede ayudar a cambiar todo eso, desde el sentido de soberanía y fuerza emergente de una sociedad civil más avanzada, que se debe cuidar, incentivar y potenciar para que la democracia regional sea un valor en alza de buen futuro. "Las nuevas generaciones, más y mejor formadas, aspiran y desean ser dueñas de su destino".

El autor recoge también la idea de algunos ciudadanos ilustres, en el sentido de que su tierra camina hoy a ser una región privada y criminal, falta de competitividad en su economía, y pobre pese a ser pequeña y poco poblada. Y donde se tiende a la corrupción y el nepotismo, en medio de una total falta de determinación para investigar las actividades ilícitas. Crece, a la vez, el resentimiento con la nueva casta, que detenta el poder político-económico, por quienes se sienten apartados de la nueva riqueza. "El notable crecimiento económico no ha redistribuido la renta, ha engendrado una nada desdeñable delincuencia de cuello blanco y aumentado la brecha entre los más ricos y los más pobres, a la par que conculca los principios de igualdad que garantiza la vigente Constitución y, pese a lo cual, un 20% de la gente vive bajo el umbral de la pobreza, mientras no se aprovechan tampoco las ventajas de la clase media mejor formada, para facilitar la necesaria e inaplazable modernización". ‘



El "lobby" murciano

El exembajador en la ONU, Chencho Arias, y el actual cónsul general de España en Nueva York, Juan Manuel Egea, pueden estar siendo de gran ayuda al "lobby" de Valcárcel para conseguir inversión judía directa al objeto de desarrollar los planes de la Comunidad Autónoma de Murcia en la Marina de Cope. El primero, protector político del consejero Cierva y sorpresivo miembro de la Fundación "Caja Murcia", ha tenido contactos con el gran sector de la Construcción tras su paso como director general del Real Madrid, mientras el segundo consiguió su actual puesto, contra todo pronóstico, tras desempeñar el cargo de embajador de España en Suiza y, quizás, tras una gestión de Valcárcel con la exministra Ana de Palacio, hoy en el Banco Mundial. Arias y Egea coincidieron durante un año en Nueva York. El cónsul general y Valcárcel se reunieron allí, por última vez, el pasado otoño. Y Arias ha cambiado de destino, cónsul general en Los Ángeles, sin llegar a salir de Estados Unidos.

Quien, curiosamente, firma favorablemente el estudio de impacto medioambiental de Cabo Cope, es el profesor de la UPCT, Ricardo Egea Gutiérrez-Cortines, sobrino carnal del cónsul en Nueva York.
Perspectiva actual de La Marina de Cope, en Águilas (Murcia) (Foto: Carlos Sánchez)
Perspectiva actual de La Marina de Cope, en Águilas (Murcia) (Foto: Carlos Sánchez

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